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  • Foto del escritorMaría Eugenia Aldinucci

Unmusking: Quitarse la máscara.

“Permitir la muerte de las conductas vacías y autodestructivas para mutar y renacer en seres que valoran y respetan todas las vidas”


 

La incansable búsqueda del desarrollo de biomateriales abrió lugar a un sin fin de experimentos fallidos, pero no por ello menos interesantes.


Explorando con algas, residuos orgánicos, food waste, celulosa, féculas, entre muchos otros, con el objetivo de crear nuevas alternativas de productos no solo biodegradables, sino que además incorporen algún residuo generado por nuestro constante e inagotable consumo desmedido.


Es un camino incierto, solo probando se pueden encontrar los resultados ya que no hay un método único ni definido. Entre tantas creaciones surge ‘un-masking ‘ con la intención de fomentar la reflexión sobre las conductas adoptadas en nuestros últimos años como especie.


Hemos alcanzado un punto de no retorno, el cosmos, los astros, el universo y la ciencia piden a gritos un cambio y para ello debemos desenmascararnos.

Es momento de mutar, de quitarnos la piel externa para dar lugar a nuevos hábitos, conceptos y actos. Sólo dando lugar a la muerte de lo viejo podemos dar vida a lo nuevo. Volvamos a las leyes de la naturaleza en la que la función se adapta a la estética y no hay nada que no sea parte de un ecosistema.


Dejemos los deseos a un lado y que las necesidades guíen nuestras elecciones. Para ello, debemos dejar los excesos detrás. Debemos sacar la máscara del abuso y limitar nuestra constante búsqueda de satisfacción de placeres superfluos.


Esta mutación de conciencia traerá en consecuencia la transformación de nuestras conductas para crear nuevas tendencias y tradiciones que vayan acompañadas de la mano de nuestra propia naturaleza.


El acto simbólico de quitarnos la piel, dejar de lado la satisfacción del ego, dar lugar a la muerte de las conductas autodestructivas, entendiéndose como aquellos hábitos que dañan nuestra propia fuente de vida que nos proporciona el aire que respiramos y el alimento con el que nos nutrimos; para que entren en vigor nuevas normas y leyes implícitas que se acomoden a una nueva era, donde lo que importa es la coexistencia entre nosotros y el resto de las especies vegetales y animales que habitan a nuestro alrededor. Haciendo posible la adaptación del ser humano al medio, dejando atrás la destrucción y explotación de la tierra como norma para satisfacer nuestros caprichos mundanos.


Es un camino difícil, nos criaron para ser usuarios de un sistema en el que predominan los placeres y deseos desmedidos. Hoy somos víctimas adictas de lo que nos vendieron. Seamos libres de los medios y elijamos por el bien común, más allá de una felicidad vacía que solo dura un instante.


Volvamos a tocar la tierra con nuestras manos, enterremos en ella las conductas consumistas y desenmascaremos el ego para ser conscientes y empáticos con toda vida sin importar cuan chica o insignificante se perciba.


Seamos espectadores de nuestra vida por un instante.

Reflexionemos sobe nuestros hábitos, seamos sinceros con nosotros mismos para tomar desiciones conscientes sobre nuestra vida.




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